Decidí avanzar, y enseñar el mundo desde mi perspectiva, mi visión de lo que nos rodea.
Siempre me ha atraído eso de coger una cámara, acabar mostrando “algo”, aunque nunca era lo que deseaba mostrar.
Manejaba Photoshop, y varios sistemas de edición y procesado de imágenes, pero no sabía manejar una cámara o como expresar lo que necesitaba en mi pantalla, no eran mis imágenes, era la de otros. Cuando comprendí que el misterio empezaba en la toma de la imagen, que la cámara era más que pulsar un botón, comprendí que la fotografía no era solamente manejar una cámara, descubrí que la fotografía era crear historias antes de coger la cámara, trasmitir ternura, belleza, pasión, trabajo, etc etc, eso es la fotografía, trasmitir historias, sentimientos, sensaciones... y eso empieza antes de coger la cámara.
Por eso, siempre recomiendo hablar antes de ir a realizar una sesión. Hay que transmitir todo lo que se desea mostrar, lo que deseas que vean los demás, no llegar y decir “pues mira necesito unas fotos”. Es posible, claro, pero hay que saber que te motiva a tener esas fotos, que deseas mostrar o trasmitir, que no deseas mostrar, los miedos ante la cámara, ante una imagen, y como deseas que se te muestre al mundo. Yo no soy adivino, y me gusta que la gente me hable, que me cuente, y buscar juntos el sacar una imagen después de “darle al botoncito” que realmente transmita una historia.
